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lunes, 29 de octubre de 2007

Lo que nos hace optimistas


Somos optimistas por naturaleza, y un equipo de científicos identificó el mecanismo del cerebro que genera esa tendencia humana a ver el mundo "color de rosa".
Este mecanismo, sin embargo, ocurre en la misma región cerebral donde pueden surgir irregularidades que conducen a la depresión.
Ésas son las conclusiones de investigadores de la Universidad de Nueva York y la Universidad de Londres publicadas en la revista Nature.
El estudio, afirman los expertos, podría conducir a un nuevo entendimiento sobre los orígenes de los trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad.
"Los psicólogos han sabido esto desde hace mucho tiempo, que el ser humano tiende a ser optimista sobre el futuro aún cuando la evidencia que se le presente sugiera lo contrario", dijo a la BBC la doctora Elizabeth Phelps, profesora de la Universidad de Nueva York y autora del estudio .
Por ejemplo, agrega, a menudo sobrestimamos nuestras perspectivas de vida y nuestras posibilidades de éxito.
Y subestimamos nuestras posibilidades de divorciarnos o padecer cáncer.
"Así que lo que intentamos en estudio fue comprobar esto en términos de las funciones cerebrales", afirma la autora.

Dos regiones
La investigación demostró que esta tendencia a ver el mundo "color de rosa" se genera en dos regiones particulares del cerebro: la amígdala y la corteza cingulada anterior rostral.
Los científicos utilizaron tecnología de imágenes de resonancia magnética funcional (IMRF) para examinar las funciones cerebrales de individuos a quienes se pidió que imaginaran posibles eventos futuros, como ganar un premio o terminar una relación amorosa.
"Cuando los participantes imaginaron eventos futuros positivos -afirma la doctora Phelps- detectamos una activación en la amígdala y la cingulada anterior rostral".
"Y éstas son las mismas regiones del cerebro que parecen mostrar un mal funcionamiento cuando ocurre la depresión", agrega.
Los científicos agregan que los participantes más optimistas mostraron una mayor actividad en esas regiones cuando imaginaron eventos futuros positivos.
Se sabe que la gente que sufre depresión a menudo muestra irregularidades o actividad anormal en estas dos regiones cerebrales.
Y esto a su vez está relacionado a una visión pesimista o negativa de la vida.

Depende de cada persona
Según la doctora Phelps, "hay muchas variaciones entre individuos, pero en general, la gente que no es optimista a menudo sufre depresión, y es muy interesante notar que la misma región del cerbero involucrada con el optimismo está también involucrada con el pesimismo".
Los participantes, que también llenaron un cuestionario psicológico, demostraron una tendencia a generalizada a esperar que los eventos positivos sucedan en un futuro más cercano que los eventos negativos.
Y también imaginan los eventos positivos con mayor intensidad que los negativos.
"Nuestros resultados sugieren que mientras que el pasado es limitado, el futuro está abierto a la interpretación, y esto permite que la gente se distancie a sí misma de posibles eventos negativos y tienda más a imaginar eventos positivos", afirman los científicos.
"Entender el optimismo es fundamental -dice Phelps- ya que éste no sólo está relacionado con nuestras actitudes hacia la vida, sino también con la salud mental y física ya que nos ayuda a funcionar en el mundo de forma psicológicamente positiva".
Fuente: BBC Mundo.com, 25 de Octubre de 2007.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Extienda su vida


Comida sana, ejercicio, estabilidad: estos son algunos de los medios para disfrutar de una larga vida, a menudo nos dicen. Pero, ¿qué pasa con nuestra percepción misma del tiempo? Un nuevo libro argumenta que "desacelerando" el tiempo podemos extender nuestras vidas.
Una de las reglas no escritas de ser un miembro de la fuerza laboral es que las semanas de vacaciones con las que estuvo soñando todo el año volarán como si hubieran sido apenas unos pocos días.
Cuando uno se acuerda de las vacaciones de la niñez, parece que fueran eternas. Es cierto que eran más largas, sin embargo no es un secreto que con el pasar de los años llega la sensación de que el tiempo se está acelerando.
Pero no tiene que ser así, dice Steve Taylor, quien enseña desarrollo personal en la universidad de Manchester, Inglaterra. El tiempo del reloj se cuenta en minutos y horas, pero el tiempo real depende que cómo lo experimentemos, algo diferente para cada persona de acuerdo a lo que está haciendo.

Teoría perceptiva
El día de un niño, desde las 0900 hasta las 1530, es como un día de 20 horas para un adulto, dice Taylor, y en su libro Haciendo Tiempo explica el porqué.
Desarrollando lo que llama la teoría perceptiva, concebida por el psicólogo estadounidense William James en el siglo XIX, Taylor dice que el tiempo está relacionado con la cantidad de información que se recibe del mundo que nos rodea.
"Los niños experimentan todo por primera vez, todas sus experiencias son nuevas. Además tienen una visión del mundo extraordinariamente intensa, una percepción arrolladoramente fresca. Están increíblemente despiertos ante el mundo que los rodea y por eso el tiempo pasa más despacio para ellos".
Información -no de libros ni de internet, sino a través de nuestra percepción del mundo- es lo que estira el tiempo y a medida que la gente envejece, cada vez son menos las experiencias nuevas, señala.
"Hay menos novedades en nuestras vidas y uno se acostumbra al mundo, se le hace familiar. Al absorber menos información, el tiempo se encoje".

Nuevas experiencias
Una explicación posible es que el cerebro y su capacidad de percibir el tiempo es afectado por las unidades de información que debe procesar.
Por ello, los ocho meses que Taylor pasó en Alemania le parecen como ocho años -explica- debido al número de nuevas experiencias que acumuló.
Además, toma en cuenta la teoría de la proporcionalidad: entre más viejo está uno, cada año es una parte más pequeña de lo vivido, así que parece pasar más rápido.
Otro factor que hace del tiempo relativo, indica, es que ocasionalmente nos salimos de nuestro estado de conciencia normal, como ocurre en accidentes, y el tiempo parece que se volviera más lento.
Algunos deportistas experimentan este cambio a "cámara lenta" cuando están jugando. El futbolista inglés George Best y el basquetbolista Michael Jordan están entre los que han dicho que el tiempo parecía desacelerarse cuando estaban "en la zona".
"Yo no creo que es una falsa ilusión -dice Taylor-. El tiempo no es real y absoluto, es algo que creado por nuestra mente".
"Einstein mostró en su teoría de la relatividad que el tiempo está vinculado a otros factores. Así que esto no es una simple ilusión: esos deportistas están realmente desacelerando el tiempo. Es lo mismo que pasa cuando uno tiene un accidente, nos salimos de nuestra conciencia normal".

La zona
Mike Hall, un asesor de deportes y autor de En honor a lo lento, ha dedicado 15 años a aprender cómo usar la disciplina del tai-chi para "desacelerar el tiempo" cuando juega squash y golf.
"Si las ondas del cerebro están sincronizadas con el ritmo del corazón, el cuerpo entra en el estado que se conoce como 'la zona'. Es como jugar en cámara lenta y alejarse del tiempo linear", explica.
Taylor cree que el tiempo es elástico, no sólido, de manera que alguien en un vuelo de tres horas puede tener un "tiempo psicológico" más largo que el pasajero sentado a su lado. Y alguien que muera a los 40 años puede vivir una vida más larga que alguien que muere a los 80, si ha viajado por el mundo y ha tenido nuevas experiencias.
"Asegúrese de que su vida está repleta de todas las experiencias nuevas que sea posible. Si vive una vida rutinaria, el tiempo siempre se acelerará, pero si hace el esfuerzo de viajar a nuevos lugares, de exponerse a nuevas situaciones, nuevos retos -incluyendo algo tan sencillo como cambiar el camino al trabajo, o un nuevo pasatiempo-, el grado de novedad desacelerará el tiempo.

Actividades variadas
De la misma manera, pasar una noche en un "estado de absorción", leyendo un libro o mirando televisión, hará que el tiempo pase más rápido, de la misma manera que una vacación en la playa o la piscina. Si las actividades son variadas, los minutos y las horas se estirarán.
"Tratamos de extender nuestras vidas haciendo ejercicio y comiendo alimentos sanos, lo que está bien, pero también es posible hacerlo cambiando nuestra mentalidad, teniendo nuevas experiencias y pasando más tiempo viviendo en el presente.
"A menudo nos sentimos amenazados o negativos ante situaciones que no podemos controlar, así que si uno puede controlar el tiempo, deja de ser el enemigo".
Al parecer, entonces, sus vacaciones pueden ser mucho más largas... si no se la pasa tirado al lado de la piscina y se levanta a detener el tiempo, o al menos a desacelerarlo.
Fuente: BBC Mundo.com, 3 de Agosto de 2007.

lunes, 1 de octubre de 2007

El sexo no es cuestión de edad


Decía un comediante inglés que "he llegado a una edad en la cual la comida ha remplazado al sexo en mi vida. Por eso acabo de poner un espejo en el techo de mi cocina".
Por supuesto se trata de un artista que está en los sesenta, y para quien las relaciones sexuales son cosa de la nostalgia y los recuerdos, antes que de la realidad cotidiana.
Es más, los organismos del sistema de salud británicos encargados de la política sexual de este país, solo consideran a personas menores de los 44 años de edad en su trabajo. Como si el resto no existiera.
En todo caso, parece ahora que se trata de un mito que hay que destruir sin misericordia.
De acuerdo a un estudio publicado en la respetada revista médica estadounidense New England Journal of Medicine, la edad no juega un papel tan importante en la actividad sexual del ser humano.
En un estudio realizado entre 3.000 personas, cuyas edades oscilaban entre los 57 y los 85 años de edad, los entrevistados dieron a entender que uno se pueden sentir tan "sexy" como se quiera sin importar la edad.
Tres cuartas parte de hombres y mujeres, entre 57 y 64 años de edad, mantienen una vida sexual activa, mientras que 54% de un grupo de entre 75 y 85 años tiene relaciones sexuales al menos tres veces por mes.

Imaginación
Los investigadores definen la vida sexual como "una actividad voluntaria mutua con otra persona que implica coito o no, y en la que hay orgasmo".
Por supuesto que cabe pensar que, a cierta edad -y el estudio habla de las posibles limitaciones impuestas por la vejez -, como que hay que hacer acopio de una buena dosis de imaginación, y buena memoria además, para cumplir con el requisito impuesto por el estudio.
Cualquiera que sea el caso, lo cierto es que el ocaso de la edad no implica dejar de tener una vida sexual plena.
A pesar de que la mitad de los encuestados manifestaron tener ciertos problemas, digamos fisiológicos, para realizar una actividad sexual que merezca esa definición, la mayoría se mostró satisfecha con su vida.
Richard Suzman, director del Programa de Investigación Social y del Comportamiento de Estados Unidos sostiene que el estudio "indica una vitalidad no tomada en cuenta con anterioridad y un interés en la sexualidad que llega hasta la edad avanzada, y que quizá no ha sido apreciada en toda su importancia como un elemento importante en dicha edad".
Una tercera edad que de pasiva no tiene absolutamente nada.
Fuente: BBC Mundo.com, 23 de Agosto de 2007.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Dormilones de Dinamarca se unen


Si usted tiene dificultad a la hora de levantarse por la mañana, no es perezoso, simplemente es que está genéticamente programado para ser así, según afirma la B-Society en Dinamarca.
LaB-society es una asociación que señala que las personas tienen diversos ritmos internos que deben tomarse en cuenta y respetarse para lograr así una mejor calidad de vida y mayor productividad.
La letra B, se escogió ya que sirve como un juego de palabras que viene del verbo en inglés to be y que significa ser.
Todavía me duele la barbilla del golpe que me di cuando me levanté apresurado para dirigirme al aeropuerto, donde me esperaba un avión a primera hora de la mañana.
Estaba durmiendo plácidamente en la habitación de abajo, tratando de no despertar al resto de mi familia, cuando el despertador sonó; eran las 4.30 de la madrugada.
Primero se oyó la radio, pero no tuve problema en lidiar con eso. Sin embargo, un minuto más tarde, el despertador, que estaba al otro lado de la habitación, comenzó a sonar estrepitosamente.
Aquí, el truco, es interponer un obstáculo entre el despertador y uno mismo. En este caso, el caballo de madera de mi hijo.
La idea, obviamente, es que cuando uno se dispone a apagar el despertador, ya está del todo despierto.
El problema fue, en este caso, que al levantarme para apagar el despertador, me olvidé completamente del caballo de madera de mi hijo y me precipité contra él.
Me di un golpe, que acompañé con una lista de groserías y acabé tirado por el suelo, mientras el despertador continuaba sonando.
Felizmente, no perdí el vuelo, y el amanecer fue precioso, pero una cosa está clara, yo odio las mañanas.
Pero, ahora sé que no es mi culpa. Soy una persona B.
Una persona B está genéticamente predispuesta a operar mejor y estar más alerta más tarde en el día.

Levantarse siendo persona B
Dinamarca al parecer está llena de gente B. Así que, qué lugar mejor que éste para crear la sociedad B.
Tras sólo seis semanas de haberse fundado, la asociación ya tenía miles de integrantes.
Ahora esta organización hace campaña para que los negocios se unan a la lista certificada como B.
"Estamos haciendo un llamado", la sociedad proclama en su manifiesto, "la sublevación contra la tiranía de despertarse temprano."
Mmm, suena bien.
Pero, ¿cómo funciona a la práctica?
La hora punta en Copenhague me parece más bien tranquila, no es ni mucho menos como en Londres en un lunes lluvioso por la mañana.
Sin embargo, la cara amargada de los viajeros que madrugan, me es familiar.
Así que es hora de encontrar a los pioneros B.

Trabajo flexible
Tras haber tomado una taza de café, ya me encuentro en camino de reunirme con Stephen Alstrup, que está a cargo de una empresa B.
Cuando Stephen se dirige a tomar el tren se encuentra el andén de la estación vacía, los asientos del tren también.
"No valgo nada por las mañanas", me asegura Stephen. "Lo único que hago es tomar café y mirar al vacío."
"La gente estaba acostumbrada a levantarse temprano para alimentar a los animales. Pero yo ni tengo vacas, ni gallinas, así que puedo dormir hasta tarde", explica Stephen.
Y cuando nos dirigimos a la oficina de Stephen, me encuentro que está vacía, al margen de los empleados que han estado trabajando durante la noche o del único empleado, persona A, que disfruta trabajando temprano por la mañana.
El resto de trabajadores llegan cuando quieren, a cualquier hora después de las 3.30 de la tarde más o menos, cada uno con su propio ritmo.

Beneficios empresariales
Su compañía es una empresa de tecnología avanzada y Stephen necesita a gente capacitada y que trabajen rápido.
"Todos ganan", dice, "están trabajando cuando están totalmente despiertos, y eso beneficia a la empresa."
Aún me confunde más el hecho de que uno de sus trabajadores trabaja 25 horas al día.
Si hoy su horario comienza a las 10, mañana será a las 11, y el siguiente a las 12, así que uno ya se puede hacer una idea.
No entiendo exactamente el ciclo de trabajo de este trabajador, pero lo único que sé, es que no se encontraba en la oficina este medio día.
Anteriormente esto se calificaba de desorganización, pero ahora ya no más, al menos en Dinamarca. Su reloj biológico es básicamente diferente.
Y aquí no hay sólo una solución para los negocios.
¿Eres un adolescente que no puede levantarse de la cama por las mañanas?
¿O acaso un padre o madre que nunca consigue llegar a tiempo a la escuela de sus hijos?
No se preocupe, los daneses podrían tener la solución: clases B.

El equilibrio: vida-trabajo
El año que viene una escuela de Copenhague ofrecerá clases que comenzarán tarde, a las diez, en lugar de las ocho. Seguramente, será popular.
Incluso al gobierno parece gustarle la idea.
El equilibrio vida-trabajo es una cuestión política en Dinamarca, me asegura la ministra de Familia, Carina Christensen.
Sin duda, la filosofía B encontró su lugar en un país donde se necesita una fuerza de trabajo flexible.
Cuando le confieso a la ministra danesa que yo me considero una persona B, me lanza una sonrisa reconfortante.
"No se preocupe", me dice Carina Christensen, "algunas personas pueden pensar que es un perezoso, pero en realidad, no es así."
Y eso, es lo que espero. La B-Society y su fundadora Camilla Kring, están completamente convencidos de que van por buen camino.
"Es una sociedad 7/24" (siete días, las 24 horas), dice la ministra, al tiempo que nos sentamos en el parque y miramos a los cisnes... mientras nadan.
"Nuestras instituciones tienen que moverse con los tiempos de ahora".
Seguro que sí. Lo que significa que uno debería tener el derecho a escoger, y en una vida moderna ese es el dilema.
Fuente: BBC Mundo.com, 16 de Junio de 2007.